viernes, 9 de octubre de 2009

FUERON AGREDIDOS 23 JUECES DE BABY FúTBOL

EN OCHO MESES

Futbol Uruguayo



Más de 20 jueces de baby fútbol es el saldo de un problema en ascenso

, producto de un fenómeno social que no sólo afecta a las ligas mayores.
La Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI) pretende que los clubes se responsabilicen por lo que ocurre en las canchas porque, aseguran, es imposible controlar todos los partidos. Además, los padres desempeñan un rol importante dentro de la violencia que se desata en las canchas.

"Violencia amenaza al fútbol infantil", con este título el diario El País publicó este miércoles un amplio informe sobre un fenómeno que, en ocho meses, dejó un saldo de 23 jueces de baby fútbol heridos.

luego que el sábado pasado el árbitro Fernando Cocino recibió un golpe en la cara y tuvo que ser intervenido por un aneurisma. Todavía continúa internado en estado grave y corre peligro de vida.

Tras ese episodio, la ONFI, que preside el ex jugador Gustavo Poyet, planteó que los clubes y los árbitros sean quienes hagan las denuncias, porque cada fin de semana se juegan en promedio unos 2.000 partidos, con lo cual, es imposible controlarlos a todos.

Gustavo Poyet dijo a Índice 810 que es hora de cambiar las cosas. "Creo que es necesario llevar un control para que los agresores sepan que no van a salirse con la suya, en el sentido de que nadie se va a enterar y que todo siempre va a quedar escondido por el temor de los ciudadanos a hacer las denuncias correspondientes", sostuvo.

Poyet opinó que, más allá del pedido que pueda hacer la ONFI, todo dependerá de una concientización generalizada sobre la gravedad de este problema.

Pablo López, un técnico que tiene varios años de experiencia trabajando con niños, fue uno de los que se alejó de las canchas de baby fútbol por todos los problemas que actualmente ponen en jaque este deporte en Uruguay.

Hasta hace poco, López fue técnico de baby fútbol del Club Maeso, donde trabajó con niños durante casi seis años. Incluso, uno de sus hijos juega en el club. También dirigió selección de liga y fue dirigente del Club Maeso, que tiene su cancha al lado de la Facultad de Ingeniería, en el Parque Rodó.

Contó que, como ocurre en la mayoría de los casos, se arrimó al baby fútbol por su amor al deporte. Pero también explicó los motivos que lo llevaron a dejar el cargo de entrenador. "Los objetivos que se persiguen normalmente no son los indicados. Creo que a esa edad, (el deporte) tiene que ser formativo. Pero todos caemos un poco en lo mismo, en cambiar ese objetivo, y queremos ganar. Cuando a esa edad lo único que pueden ganar los chiquilines es aprender algo", afirmó.

Como primer punto de cambio en los objetivos del baby fútbol, que debería ser un deporte esencialmente formativo y no competitivo, López responsabilizó a los clubes. "Básicamente, el baby fútbol es un ambiente competitivo, por puntos. Entonces, sin querer van entrando en esa temática de los puntos y fijándose cómo van las otras categorías", explicó. Lo importante deja de ser la diversión para los niños y pasa a ser ganar el campeonato; un deseo fuerte de muchos padres.

Este ex entrenador opinó que sería bueno que se exigiera a todos los técnicos que realicen un curso de orientador, tal como él hizo en la Comisión Nacional de Baby Fútbol. Y agregó que el curso es excelente.

Además de los clubes, es claro que los padres juegan un papel fundamental en todo este problema. Los adultos, en particular los hombres, consideran que los partidos de baby fútbol son una final del mundo y, muchas veces, este comportamiento influye en los hijos.

López contó que, por ejemplo, en la escuela de fútbol del Ajax de Holanda se intentaban hacer los partidos los miércoles para que los padres no concurrieran a las canchas por estar en sus trabajos.

Poyet coincidió con López al decir que hay veces que los padres "se dejan llevar", muchas veces, intentando que sus hijos sean lo que ellos no pudieron ser.

"Tenemos que tener cuidado porque todo es por y para los niños y, en este caso, siempre nos estamos olvidando de eso. Y una vez que empiezan los problemas nos acordamos un poquito tarde", concluyó.

Números. Unos 60.000 niños participan del baby fútbol, que integran 570 clubes reunidos en 60 ligas. Cada fin de semana se disputan unos 2.000 partidos.

Fuente: www.espectador.com
http://www.audaf.com.uy/noticias/en-ocho-meses-fueron-agredidos-23-jueces-de-baby-futbol.php

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