viernes, 9 de octubre de 2009

LA INFANCIA HECHA PELOTA

Con este nombre la Fundación Nueva Generación del Deporte publicó en el 2000 un libro producto de una investigación, escrito por Carlos Benítez y Sandra Comisso entre otros, con prólogo de Roberto Fontanarrosa.
Como los autores dicen el libro es “una aproximación al mundo de los pibes y el fútbol, allí donde se cruzan la ansiedad de los padres, la responsabilidad de los entrenadores, la referencia omnipresente de las grandes estrellas y el peligro de depositar en un chico la salvación económica familiar. Y también es un llamado de atención para no olvidar que en el fútbol infantil se esta tratando con pibes y no con jugadores en miniatura”.
La publicación esta divida en 7 capítulos y al final contiene fichas orientadoras sobre como organizar y conducir el entrenamiento deportivo infantil, que ayuda a no cometer errores y a desarrollar la preparación física de forma tal de adecuarse a las edades y posibilidades de cada chico.
La infancia hecha pelota bucea sobre cuestiones como: de qué forma el fútbol se ha convertido en un negocio que se traslada a los niños, como los chicos son presionados por sus padres, técnicos y representantes y como se deja de lado el entretenimiento y el juego para pasar a un entrenamiento profesional.
Como dice Fontanarrosa, en el prólogo el libro “intenta recuperar el placer del juego por el juego mismo, el juego como finalidad en si”. Y finaliza “nadie tiene derecho, se me ocurre, a frustrar los sueños de un pibe”.
Seleccionamos algunas frases destacadas por el libro que nos invitan a pensar:
• Una cosa es tener un hijo al que le gusta el fútbol y que además juega bien y otra, muy distinta, es formar a un crack, con todo lo que eso significa.
• El problema no es la competencia en si, sino lo que los adultos hacemos con esa competencia. ¿El objetivo siempre es ganar?
• Hay veces en que los nenes se quedan mirando a un loco desaforado que no entienden que sea su papa, enojado porque su hijo sacó mal un lateral.
• Cuando gana el equipo contrario, los padres empiezan a echarle la culpa al referí y no se fijan que los que ganaron también son chicos.
• (Algunos técnicos) como cobran, tienen que ganar. Si no, los echan del equipo. Y adquieren prestigio ganando campeonatos. Frustran pibes, pero ganan campeonatos.
• ¿Será posible que un chico que no llega a los 10 años pueda soportar la carga de ser el sostén económico de una familia jugando al fútbol? Que diferencia hay entre eso y la explotación de menores y el trabajo infantil?


Fuente:http://www.clubsocial.org/html/nota50.html

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